La exploración sensorial 
Los niños y niñas aprenden a conocer a su mamá o papá mirándolo, escuchándolos, sintiendo sus caricias o la suave presión de sus brazos cuando lo carga. Estas sensaciones le permiten darle significado al mundo que lo rodea, sentirse seguro y generar placer. Por ello, empezarán a buscar más sensaciones, explorando con sus ojos, su boca, sus manos, su olfato y los demás sentidos. La exploración será más compleja en la medida de las experiencias y acompañamiento por parte del adulto. 
Rol del adulto que acompaña el desarrollo sensoriomotriz 
Permitir y provocar espacios, juegos y experiencias enriquecedoras a nivel sensoriomotriz, contribuyen a generar una relación estrecha entre esas sensaciones y percepciones con procesos cognitivos, los cuales, al pasar el tiempo, se irán complejizando. Además, promovemos en los niños y niñas la creación de registros de tales experiencias, que se irán acumulan- do a lo largo de su vida, y que en algún momento evocarán, siendo estos recuerdos placenteros o no. 
Las posibilidades del cuerpo 
Desde la casa podemos incorporar experiencias sensoriomotrices en la cotidianidad, las cuales son de vital importancia, permitir experimentar, descubrir, participar, hacer e intervenir con los recursos que tenemos a la mano, en los entornos de la cocina, el juego, en la hora del baño, de la alimentación, el sueño, a la hora de vestirnos, mediante experiencias que les permita sentir, conocer y responder al mundo que los rodea desde sus propios intereses y habilidades. 
¿Cómo puedo provocar experiencias sensoriomotrices acorde a la edad de mi niño o niña? 
La Casa Amarilla